martes, 31 de enero de 2012



Las mañanas son reveladoras,
será porque aún rezuman los secretos de los sueños.






...y lo que no fluya del alma o el corazón a los labios, siendo palabra dicha,
palabra oída...
se perderá para siempre
no dejando elegir, no dejando ser.

lunes, 30 de enero de 2012

Te miro tan de lejos.
Tus pasos son días y tus miradas...
Lenguas de barro se consumen en mi garganta.
Ya mis lágrimas no encuentran el camino a la vida.
Y mi alma, ¡qué será de ella cuando ya no estés!
Condenada a amarte siempre,
y aunque estés conmigo,
condenada a echarte de menos siempre.

lunes, 23 de enero de 2012

El barro primero


Tu aroma me es tan familiar.
Y me resulta difícil saber,
si te he conocido antes o en otro lugar.
Sólo conozco tu aroma.

Gigantescas sacudidas bajo mis pies han llegado
y permanecen en un rincón del alma,
guarecidas del frío de ahí fuera.

Dan cabida a la ilusión...
desvanecida con el paso de los años,
silenciada,
silenciada por cuestiones cotidianas, absurdas, inútiles,
que hacen que la marcha sea tan pesada,
dejamos que lo importante
duerma, se llene de polvo y se desvanezca.

Y ahora, tu aroma me es tan familiar,
y no consigo recordar,
si te conozco de otro tiempo o de otro lugar.
Sólo sé que tu aroma ¡me es tan familiar!

lunes, 16 de enero de 2012

Vértigo


Y cuando la vida se convierte en espera...
esperando llegó el momento del nacimiento,
esperando para crecer, esperando para poder ser.
Y la espera, a veces, se convierte en buena consejera,
pero a veces...
un lastre siempre a la espalda, tirando y tirando.
Y mientras tanto, el anhelo y el deseo,
el deseo y ese vértigo,
vivos y revoloteando...



por eso, yo te espero.

Una... dos palabras



Acumulo paisajes allá por los prados infinitos del corazón.
Y, sin querer descifrar sus mensajes,
invento palabras, pinto colores y silbo melodías.
Pero nada de esto da calma a estos paisajes que luchan y claman.

Una... dos palabras, que se asemejan a un sentimiento,
y que al nombrarlas, el pensamiento se sosiega y el alma se serena,
se rinden ante la clara evidencia
de que no es posible sentir lo que uno quiere.