sábado, 22 de septiembre de 2012

Seres queridos

¡Tu ausencia me es tan penosa!
(Me recuerda a cada paso
el momento de mi partida.)

Si me impones esa ausencia,
mi vida debe cobrar un nuevo significado,
y rectificar el rumbo, ahora ya sin tí.

Y ese querer que te tengo 
con el tiempo se cura y se convierte en nostalgia,
que, a pequeños bocados, gusta degustar.

Pero hay una ausencia... una ausencia

Me la impones pero sé que no quieres.
Una ausencia que no se cura. 
Se apacigua...
y la vida cobra un nuevo significado,
y rectifico el rumbo ahora ya sin tí.

Existe una línea que nos separa
que no nos es posible ni ver ni encontrar,
ni tan siquiera la podemos buscar.

La línea absoluta que nos separa en vida
y que nos unirá después de mi partida.

 (A Félix, mi padre, que ayer fue su ochenta y dos cumpleaños)

1 comentario:

  1. vaya por EL y por todas esas ausencias que aún ausentes siguen llenando nuestras vidas. Precioso.

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