viernes, 22 de marzo de 2013

Contigo


Inmersa en una eterna espera.
Sumergida en mares de melodías.
Devorada por las espumas de tus cadencias
que me dirigen hacia los fondos abisales,
cubiertos de los despojos de mis amores...
que se fueron hundiendo y ahogando poco a poco.
Escuchando el tic tac ronco y hueco del reloj,
como un son, como un eco,
que paciente pero intransigente
te siguió esperando, y aún lo hace.
Y cree que te encuentra en las canciones,
en un pentagrama de no sé qué notas
desordenadas,
buscando con la cordura perdida,
el camino que perdió no sé cuándo,
no sé dónde. 

A mi amigo Miguel Ángel que aún sin vernos, aún sin hablarnos, comparte conmigo el sentir de mis palabras, y el devenir de mis días. Gracias Miguel.