lunes, 24 de junio de 2013

Bóveda o de la Regeneración


No cogí libremente el camino de la alegría,
ni tampoco cogí libremente el de la tristeza.

Sumida en un profundo sueño, poco a poco,
fui olvidando quien era.
No necesité un abismo para el despertar,
tan solo escuchar el susurro del viento entre los árboles
y el crujir de las ramas que vinieron para recordarme...


(¡cuán fácil es olvidar!)
que debía ser yo,
la que asomada al borde del infierno,
emprendiera la marcha en busca,
de lo que sin saber por qué,
había perdido hacia tiempo.

(23 de Junio de 2013)



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