viernes, 8 de agosto de 2014

Ojalá

...y aún no queriendo descifrar sus mensajes,
se han ido desvelando a pequeños golpes,
y he caído
en un pozo donde aún
no consigo ver el fin.
El final de una caída que me permita remontar el vuelo
y recuperarme,
con suerte regresar..., regresar al origen.

Pierdo a grandes bocanadas de realidad mi fe,
quizás ya sin remedio,
y si miro alrededor buscando
la hermosura de un mundo, que aunque me resista,
ella se resiste más,
no alcanzo a ver más que el agujero oscuro
en que caí,
buscando demasiado,
o queriendo saber más de lo apropiado
para una pobre insensata
que solía pensar que el amor lo podía todo.

La palabra es la misma
compartiendo el mismo sentimiento.
Un único corazón que late al mismo son,
por los siglos de los siglos,
pero que en su mezcolanza con otros iguales
se desvirtúa y se diluye,
quedando en este mundo de ese puro sentimiento
tan solo un eco.
El eco de unas palabras
que vuelan libres buscando su origen
al amparo de una muralla.