sábado, 7 de noviembre de 2015

Memorias sin tiempo

Hay días que se empeñan en hacerte recordar.

Una simple palabra dicha sin importancia
remueve el cajón de los años y minutos,
que sin intención de acumularlos sumaron treinta,
y ahí se quedaron abandonados, 
amontonados en un caos que tan sólo necesita
un descuido para recuperar un orden 
que solo conoce el corazón.  

Nunca le dije que le amaba, 
aunque sé que él moría por mí.
Nunca le regalé una caricia desganada
en una lánguida tarde de domingo,
nunca un gemido de placer 
estremeciera su amante oído. 
Tan solo recuerdo una cómplice mirada
que fue la antesala de un cruel destino,
de una despedida anticipada.

Nunca le dije que le amaba,
nunca a mi lado le permití mudarse, 
y, sin embargo, ya son treinta años, 
en los que recuerdo con claridad superlativa
el instante en que se urdió
el nudo que amarró nuestros recuerdos.

Nunca sabrá que es el amor más limpio
que en mi días he encontrado, y
que su existencia vive a mi lado. 

Hoy nuestras vidas discurren distantes,
por caminos irreconciliables.

Pero hoy me gustaría poder decirle,
que su amor lo conservo intacto,
que lamento el dolor que pude causarle,
y que, aunque él nunca lo sepa, 
yo no puedo olvidarlo.












martes, 20 de octubre de 2015

Tan solo


Qué hacer si la tierra se hunde bajo tus pies descalzos. 
Qué hacer si el cielo se abre de azul turquesa
y el tiempo no te saca a pasear. 
Qué hacer si aún cogida de tu mano
dejo de sentir el sosiego de tus ramas al respirar. 
Qué hacer si ni tan siquiera el viento te busca
y te lleva a horcajadas a soñar. 



Qué hacer si echándote de menos 
el resto de mi vida,
la muerte no viniera a dejarme descansar. 

Qué hacer si los días sempiternos,
reclaman las noches donde te recuestas a añorar
unos labios, que aún siendo tuyos,
se olvidaron del camino por el que regresar. 

Qué hacer si te quiero en esta vida,
pero me pasé la parada donde tranquilamente
te sentaste a esperar. 

miércoles, 14 de octubre de 2015

La tierra espera


Y aún los grillos se resisten ante el primer embate de frío del incipiente invierno.

Sólo los grillos y el resonar de unos pasos sombríos en las calles vacías.



Melancolía de olores suspendida,
orgía de colores que en la hierba
impaciente observa.
Gotas de lluvia que arrastran,
y que en cada latido recuerdan a unas hojas
la pronta llegada de su trágico final.

Que en el suelo, la tierra espera,
la tierra espera.

Tiempo de sol herido de muerte,
preludio de un invierno que empieza a brotar.
Tiempo de sol en el cielo abatido,
solsticio de miedo y de frío,
tal vez los años me enseñen a temerte y a amarte
con la misma intensidad.

viernes, 9 de octubre de 2015

Amanece

La espiral desbocada echa a andar y
saltas de obligación de aguja pequeña
a responsabilidad de aguja grande.
Imposiciones ajenas,
imposiciones propias y personales,
necesidades e, incluso a veces, justificaciones.

Amanece y la sangre echa a andar,
hay veces que hasta la escuchas circular.
El bullicio interior que no deja pensar.

Y en un segundo imperceptible
el corazón te rescata,
inspiras el aire fresco que te acompaña,
está ahí, silencioso, expectante,
esperando solo para ti,
y entonces un recuerdo,
una nota musical,
una historia,
o un cariño te salva y
¡oh milagro!
te piensas,
te recuerdas
y recuperas tu vida.

Somos solo el amor que llevamos dentro,
pero es suave, frágil  y delicado,
no entiende de prisas ni urgencias,
solo hay que reservarle el mejor espacio.


domingo, 6 de septiembre de 2015

Septiembre

Paseo con Tula, como cada día,
y mis pasos me llevan a un momento del recuerdo.
Los periquitos riegan
como cada noche, el césped del parque
y recuerdo un día de septiembre del año pasado,
cuando paseaba mis pasos
por el mismo lugar y el mismo tiempo,
tarde de tormenta, igual que hoy, escribí:
cambio riego con periquitos por agua de tormenta.

Y entonces recito mentalmente unos versos:
"porque todo es igual y tú lo sabes",
de Luis Rosales y su Casa encendida.     (Leer poema completo)

Todo es igual,
las mismas calles,
el mismo silencio,
las mismas tormentas...
los mismos sueños,
aún sueño con su melena al viento. 

Pasan las horas, los días, los años,
y todo es igual,
y somos los mismos,
pero ya nunca iguales,
porque como ya dijo el filósofo,
no se puede entrar dos veces en el mismo río.*



* La cita real de Heráclito es "En los mismos ríos entramos y no entramos,
pues somos y no somos los mismos."



martes, 25 de agosto de 2015

Madre soltera

Apreté los dientes cuando me acusó
de que no sería buena madre. 
Y así me empujó tan lejos de él 
que tan solo pensarlo 
endurece aún más el odio que 
tras siglos de su ausencia,
sigue vivo y es cuanto tengo para él.

Me acusó de que no sería buena madre
y decidí ser madre soltera.
Pero la maternidad de la carne, el dolor y la sangre
no era destino para mí.
Y me quedé sin rorro al que acunar con voz suave,
pero jamás creeré que no soy madre, 
porque soy mujer,
y porque amo cuanto hallo en mi camino 
con necesidad de ser amado. 

Ser madre no es lo único
a lo que una mujer aspira,  
ni solo es esa circunstancia la que da valor a su vida
ni la convierte en mujer de verdad. 





jueves, 16 de julio de 2015

El niño que se durmió

He olvidado el truco de magia que usaba.
Desprevenida me ha cogido,
y por más que lo pienso,
recordarlo no consigo.
Era una cuerda invisible
y aunque de ella tiraba y tiraba,
ella siempre estiraba.

Conservo esa cuerda,
aunque también se ha olvidado
del truco de magia que usaba,
cuando el tiempo
nada tenía que ver conmigo,
y el amargo recuerdo de la vuelta a la escuela
se perdía en tardes indolentes
de un verano que nunca acababa.

No cambio mi casa por otra más nueva,
eso firmemente creo a diario,
pero yo misma me descubro pensando si
no pediría a Crono,
que me devuelva ese truco de magia,
que me quite ese amargo sabor a estafa.
Que me devuelva aquel tiempo disfrutado inconsciente,
y que ahora cambiamos y ocupamos y preocupamos
con tribulaciones que nada nos acarician
y que no nos endulzan el alma,
como que un infante de siete te abrace
dulcemente y al oído te diga,
con el cariño limpio que solo un niño siente,
apretándolo con su voz, tu nombre.

Solo la infancia es verdadera,
y lo demás una gran estafa.


A Jorge


sábado, 27 de junio de 2015

Los buscadores

Existe un instante justo antes de aspirar su aroma,
un instante minúsculo previo al beso,
en el que, con el leve roce labio a labio,
confundimos nuestro espacio
y el suelo tiembla bajo nuestros pies descalzos.

Existe ese momento,
al que confundimos con el amor mismo,
y pasamos la vida embriagados,
buscando ciegamente  a quien nos haga revivirlo.

Existe un alma, que se figura desamparada y sola.
¡Ay, amarga soledad!,
que nos obliga a pasar la vida prendidos a ese instante,
adictos a apenas un segundo.






lunes, 15 de junio de 2015

Apuntes vespertinos para no olvidar

No es más que la noche que se cierne sobre nuestras cabezas.
No es más que la sublime actuación del entorno que
recibe la oscuridad con agrado. 

La tormenta amenaza con grandilocuente interpretación,
aunque solo amenaza. 
Y los pájaros que juegan entre las ramas
recuerdan a los niños pequeños que no quieren ir a la cama, 
como si algo interesante que fuese a suceder se perdieran
con el sueño que todo lo arregla. 

Días de injusticia, de rabia e impotencia,
que unas palabras pequeñas arreglan
solicitando con empeño un beso pequeño, tan inmenso como el mar. 

Y días que se transforman en días de ternura, 
que al recuerdo un sonido traen de
un viaje sin retorno,
de un  eterno transitar de neumáticos en el asfalto nocturno
en la noche de Madrid,
en un tiempo ya tan lejano, 
y tan difícil de olvidar,
(¿desear olvidar no es morir un poco?)
Un arcoiris, una tarde de lluvia serena en primavera
a la que el Sol se niega a abandonar,
con el corazón lleno de un primerizo amor. 

A menudo me lamento de mis carencias.
Y hoy me río de mi misma cuando contemplo 
todo el amor con el que 
la belleza de alrededor me acaricia el corazón,
mientras sus canciones se entremezclan con 
sonidos de otros tiempos, 
sonidos que recuerdan un latir. 

Y hoy tras un siglo o dos, 
sigo sintiendo el mismo cosquilleo en el alma
por ese nuevo amor, primero,
que nunca regresará aunque no se va, 
aunque él ya no sea él.


miércoles, 3 de junio de 2015

Y volaré

Vengo del aire
aunque no tengo alas.
Vengo del aire
aunque ni ángel ni ave soy.
Inspiro en silencio
y sigo la hoja de ruta
que un día marqué.
No leo las palabras,
solo escucho mensajes cifrados
que aseguran que
ahí esta el camino que he seguir,
pero no se ve,
porque está en el aire.
Si miro hacia arriba no es por capricho,
es porque sé que el sendero que sigo
no está bajo mis pies.
Porque sé que el sendero que escucho,
aunque invisible,
me guía por unas coordenadas que no son de aquí.
No tengo alas,
ni ángel ni pájaro soy,
pero vuelo,
vuelo por un mundo que no es este,
no se ve.
Escucho por delante sus pasos,
los de aquellos que vinieron antes de mí,
y dejaron las migas marcando el trayecto
que hoy yo he de seguir.
Ni ángel ni ave soy,
tampoco viento,
tan solo un leve suspiro
que un día exhaló ese dios,
que cabalga en voluntariosa montura,
invisible, reluciente y voluble.
Ni ave, ni musa, ni hombre o mujer,
solo soy aire,
solo el aliento al que, embelesada,
añoro volver.




martes, 26 de mayo de 2015

Si mi voz

Y me fui de allí,
me fui tan rápido que me traje el aroma
y me olvidé las flores.


Y así, en la ilusión busco un refugio
para mi triste desamparo.

No habrá campanas al vuelo,
no habrá promesas,
no habrá preguntas ni respuestas.
No habrá caricias
ni susurros bajo las estrellas.

Y me fui de allí,
me fui tan rápido que me traje la mirada
y me olvidé los ojos que la acunaban.

Y es en días como estos,
en esta soledad del alma,
donde añoro la melodía que
tus acordes hacían de mis palabras.






domingo, 10 de mayo de 2015

Nacer

Melissa Nucera 
Me despierto entre el follaje de tus ramas,
entre el trémulo vaivén de tus caprichos,
y una expectante melodía me recuerda que
yo no soy de aquí.
Que el paisaje cambió el color gris que siempre lucía,
en aquellos tristes días en que pensaba que debía aprender a vivir.
Y un día, sin esperarlo, como todo en la vida,
se pintó de color verde.
Y ahí fue donde escogí.
Nací el día que decidí escoger.
Y, de entre toda la gama de colores, fue el verde.

El verde de la hierba que viste el prado,
el de la arboleda;
el verde que promete paraísos celestiales,
hoy de hormigón armado,
olvidados.

El camino se fue abriendo a la luz.
Y solo camino para escucharte,
para descifrar el mensaje que me envías escondido
entre ráfagas de brisa fresca,
que aligeran por momentos la pena
por el hermano que sufre,
invisible,
tras la soberbia sepultado.

Puedes nacer a los diez, a los veinte o a los ochenta.
Puedes elegir no nacer nunca,
y así pasar el resto de tu vida
viviendo con los ojos vendados.
Desdichado el hombre que pudiendo elegir,
escoge siempre el camino errado.

Y es a este lado de la delicada línea
que nos mantiene entre la falsedad o la locura,
donde me mantengo en pie.

No sé cuando fue que partí de viaje
y me fui de tu lado.
Solo sé que mi hogar está escondido en el tronco de un álamo blanco,
que me susurra su mensaje a pequeños pedazos.
Y solo consigue que a cada paso
te siga echando de menos.

Verde tierra, tierra amante,
obnubilado el pensamiento, o quizás el sentimiento,
a tu vientre quiero volver,
envuelta en un remolino de plateado viento.

miércoles, 1 de abril de 2015

Fundación *

Un agujero se abre en el abismo,
y la angustia se cierne en la boca del estómago.
Abría paso el fervor a la pasión,
una niña con coletas correteaba a mi lado,
me mira y me agarra la mano.
La pródiga iluminación apenas dejaba ver las estrellas.


Pero, por un momento, me sacuden del éxtasis
y me hablan con soberbia:

- "¡No sois nada!, me gritan.
    ¡No sois nada!

Historias viejas, pintadas con barnices nuevos.
Historia antigua nada más. 

Y la tristeza por un tiempo que se agota me embarga.
Y la zozobra por saber que no se puede hacer nada
me ahoga el corazón.

No somos nada.
Apenas un punto minúsculo en la oscuridad.
No somos nada.
Nada en el espacio, nada en la línea temporal.
No somos nada.
Especie condenada por sí misma al exterminio,
perdidos en la inmensidad.

Tan solo el ocaso en llamas,
en estas tardes primaverales, dice la verdad.

* Trilogía Fundación, Isaac Asimov.

martes, 24 de febrero de 2015



Te busco cada día,
y creo entrever tus raíces.
Paso indiferente a tu lado,
te escucho,
y tú lo sabes.






Paso por tu lado y presiento
el murmullo, intrincadas raíces
en un juego eterno que
nunca he de comprender.

Murmuras a mi paso,
y con su caricia indomable me tocas.

Me siento al pie de tu cuerpo,
y observo tus raíces misteriosas
abriendo paso al abismo que me llama.
Y entonces la envidia me gana.
(Capaz de levantar el vuelo
a la gloria del espacio infinito.)
Y yo, insignificante y absurda,
me creo necesaria
para un entramado del que nada entiendo,
del que nada soy.


¡Solo ayúdale a seguir despeinando mi pelo!, imploro,
desde los laberintos verdes y ocres del otoño
hasta la plenitud estival.

lunes, 26 de enero de 2015

Hay días

Hay días
que amenazan con romperse.

Que te cuentan y te abroncan,
y que da igual si amanece o anochece,
porque con ellos un poco mueres.

Hay días
que se arriesgan y no amenazan,
y que ingenuamente prometen,
solo ingenuamente,
y la vida queda a medias,
fracasada en sus ideas.

Días que premeditadamente te engañan.
Brillan y aletean.
Espejismos nada más,
breves intentos de un anhelo
que nunca llega,
pues en tu tiempo no ha de llegar.

Días que se arrepienten
y te contagian,
entonces solo piensas en volver,
y volver... volver.

Hay días que solo amenazan.
Y a pequeños trocitos de humanidad
te vas rompiendo.

Porque hay días  que amenazan.
Amenazan con romperte
serenamente el corazón.