lunes, 26 de enero de 2015

Hay días

Hay días
que amenazan con romperse.

Que te cuentan y te abroncan,
y que da igual si amanece o anochece,
porque con ellos un poco mueres.

Hay días
que se arriesgan y no amenazan,
y que ingenuamente prometen,
solo ingenuamente,
y la vida queda a medias,
fracasada en sus ideas.

Días que premeditadamente te engañan.
Brillan y aletean.
Espejismos nada más,
breves intentos de un anhelo
que nunca llega,
pues en tu tiempo no ha de llegar.

Días que se arrepienten
y te contagian,
entonces solo piensas en volver,
y volver... volver.

Hay días que solo amenazan.
Y a pequeños trocitos de humanidad
te vas rompiendo.

Porque hay días  que amenazan.
Amenazan con romperte
serenamente el corazón.