martes, 25 de agosto de 2015

Madre soltera

Apreté los dientes cuando me acusó
de que no sería buena madre. 
Y así me empujó tan lejos de él 
que tan solo pensarlo 
endurece aún más el odio que 
tras siglos de su ausencia,
sigue vivo y es cuanto tengo para él.

Me acusó de que no sería buena madre
y decidí ser madre soltera.
Pero la maternidad de la carne, el dolor y la sangre
no era destino para mí.
Y me quedé sin rorro al que acunar con voz suave,
pero jamás creeré que no soy madre, 
porque soy mujer,
y porque amo cuanto hallo en mi camino 
con necesidad de ser amado. 

Ser madre no es lo único
a lo que una mujer aspira,  
ni solo es esa circunstancia la que da valor a su vida
ni la convierte en mujer de verdad. 





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