lunes, 8 de febrero de 2016

En días como hoy

Tengo el amor tan lleno
que no queda un pequeño hueco
reservado al derecho de admisión.

Y esquivando los charcos
en las calles grises de tristes adoquinados,
voy dejando mi reflejo en el agua de lluvia,
que lejos de haberlo purificado,
ha dejado el aire de melancolías impregnado.

No me vine resuelta y terminada.
Me vine a medias,
imperfecta e inacabada.
Cabalgando unos días a caballo
entre la tristeza y la monotonía.

Entre incoherencias me manejo.
Me hacen el amor notas musicales a diario.
¡Oh soledad, de fantasías llenas el inventario!

Te escribo estas palabras,
envueltas en músicas que no son mías,
a ti.

Te escribo estas palabras y tampoco son mías,
te las cogí y se vinieron conmigo en un descuido.
Y aquí, desde tu recuerdo secuestrada,
sé que nunca seré feliz,
hasta que de la mano te agarre y te rescate
de tu sueño eterno,
echado en el tronco de aquel álamo blanco,
desde donde intentas avisarme
que me vine a medias,
imperfecta e inacabada,
envuelto en la bruma
de mis sueños policromados.




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