miércoles, 3 de mayo de 2017

En la encrucijada

De ese mundo fabuloso
la llave no sé donde se esconde.
Solo sé que tras sus muros
la vida es más dolorosa
aunque indulgente.

Si me quieres encontrar
busca en soledad
el rumbo que hasta aquí te aliente,
porque ahí estoy
mas no tengo el mapa
que hasta mí te lleve.
Que mientras mis pasos dejaba entre los riscos,
el camino era inexistente.

No me busques en las prisas y el bullicio
ni en el secuestro angustioso del ansioso reloj.
No.
No será ahí donde me encuentres,
esa no soy yo.

Soy la que hizo su nido en esa encrucijada,
a la sombra de las frondosas ramas
donde hallé mi casa,
mecida por el viento,
y mi piel es refrescada
por su suave roce, por su caricia pausada.
Y así escucho.
Y así me habla.
Tranquila, serena, calmada.

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