sábado, 16 de diciembre de 2017

Fantasmas



Como las ondas sinuosas 
en las que se balancean las olas del mar,
así como reinventan el ritmo cada vez
convirtiendo en espuma 
el pulso musical que marca 
el avance inexorable de cada aliento.
Así como el palpitar del corazón 
convierte en música la propia vida
inventamos fantasmas al final del día,
que inunden la noche,
donde el silencio habita.
Y con ellos rellenamos los huecos 
que ni la luna cobija. 

Y al compás del metrónomo
que convierte en ecos 
las brumas del pensamiento,
recorremos carreteras infinitas
con la mirada al frente
en busca de un horizonte
al que nunca llegar. 
Así camuflamos la verdad
tras un lenguaje que no comprende la mente,
comprensible tan solo para el corazón.

Es así como extraños llegados de otros tiempos 
vienen a veces convertidos en fantasmas
y nos hacen de nuevo mirar atrás
y nos recuerdan que antes que nosotros
fueron ellos
y que no estamos solos 
que todos somos lo mismo
bajo el vasto imperio de unas estrellas
que ven sólo su reflejo sobre las aguas del mar. 


2 comentarios:

  1. Esa esencia invisible
    que nos afecta a todos por igual,
    ese paso del tiempo inexorable
    y la vida al fin y al cabo,
    bajo la atenta mirada del infinito,
    esa respuesta que siempre vuelve.

    Precioso tu poema, un abrazo.

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  2. Esas respuestas sin sus preguntas que nos dejan en constante desasosiego. Un placer que esa línea del tiempo que aparentemente se perdió fuera solo un desvío necesario para ahora retornar a este momento en este lugar. Otro más de esos misterios que construyen la vida. Gracias, Jorge. Un besico

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